tinkernet

Probablemente, cuando lo vuelva a escuchar, me guste menos. O no, ya no se. Pero, en esta primera escucha, me ha parecido excelente. Es duro, como debe ser un disco interesante, pero no es punk, como se espera que sea un disco duro de estas características.
Es, para mi, la prueba de que siempre hubo un camino en medio.
Uno que, de verdad, valía la pena recorrer.

La única pega que tiene esta colección de canciones es que solo dura 8 minutos. Ahora, eso si, 8 minutos gloriosos.

Es el mejor disco de lo que llevamos de 2024. Para mi, no hay discusión al respecto. Sencillamente el mejor. Un discazo.

Sobre este disco, tras años de andar perdido, construí mi nueva relación con la música y, en especial, con todo lo que me gusta. Aquí, Titus nos recuerda que hay que ser fiel a uno mismo y no dejarse llevar por discursos espurios, predicando con el ejemplo e imbuyéndose, pura y simplemente, de verdad.

No se puede molar mas.

Justo en el cruce entre la intensidad desbordada, la expresión manierista y la teatralidad heredada de Arcade Fire, es donde Friko y yo nos encontramos. No es lo mejor, pero si de lo más prometedor de este 2024.

A veces, pocas, hay discos que te cambian la perspectiva. Que pillan lo que te gusta, lo agitan y te lo devuelven de una forma que nunca habías visto. Esto es lo que hace The Record conmigo. Un disco al que no dejo de volver, una y otra vez.

Le pesa demasiado el toque lisérgico que, creo, le resta potencia a todo el conjunto. Aún así es un buen disco de stoner con todo lo que esto implica. Buenos desarrollos, tremendos riffs y cadencias de lo más densas.

Para mi, en el 2012, fue todo un game changer. Jamás volví a entender el metal igual, después de escuchar temas como Back Where i Belong, March to The Sea o Takes My Bones Away. Aunque vale, los años le sientan un poco mal y es el punto justo en el que Baroness empezó a capotar, a mi me sigue pareciendo una obra notable.

Entre las cosas que estaban a punto de volver, nunca me imaginé que estaba el buen sludge. Horndal recoge la herencia de los grandes y lo hace dialogar con tendencias más modernas, entregando un disco excelente. Al nivel de los Mastodon del Blood Mountain o de los High on Fire del Luminiferous.

Lo he votado, pero no cuenta cuando le pones 0.