Delicadísimo, hasta decir basta. Un disco conducido por un piano y una voz que destruyen y desgarran, unas letras que tampoco se quedan cortas y cuyo cojunto crea una épica minimalista. Pelos de punta con cada tema, no se priva ni uno solo. En mi opinión, el gran álbum de Mike, no ha estado tan inspirado y confesional como entonces.