Incluso un Kendrick Lamar en piloto automático se mea en el 90% de los raperos de la actualidad. No le va a cambiar la vida a nadie, y ni falta que hace. Disfrutable y con bastantes buenos momentos.
Uno de los discos de ¿hardcore? del año. Aquí cabe todo, rock, punk , post punk, melodías tarareables, delays a lo U2 en las guitarras y agresividad a partes iguales. Si en directo cumplen, un grupo a tener muy en cuenta.
Se puede decir que salvo esos añadidos toques de Bossa Nova, que para mí no añaden nada este podría ser un disco de búsqueda de Black Midi. Lo he disfrutado, que duda cabe, pero su grupo era un rara avis que te pasaba por encima a cada escucha y lo echo de menos.