Llegando apenas a los 34 minutos quitarle canciones podría ser contraproducente, pero uno podría argumentar que efectivamente hay algunas pistas que no deberían estar aquí, al menos si uno quisiera una experiencia más completa y coherente. Sin embargo, hasta las pistas que uno descartaría, como Teddy Boy, entregan una sensación de pertenecer al conjunto. Está claro que Paul McCartney estaba sacandose el polvo de encima y al mismo tiempo haciendo una declaración.
Además, tiene una de mis canciones favoritas de toda la vida: Junk.