Geese no me gusta y ese rollo a niño bien de conservatorio que tiene todo el disco es un poco repelente. Poco se habla de lo mejor que es la música, ahora que la mayoría sabe lo que hace.
Sin embargo, es una de las pocas veces en las que el mensaje es capaz de romper los condicionantes y Cameron entrega un disco sincero y visceral, en una clave completamente inesperada.
Me lo he gozado.
Probablemente 4 sea demasiado, pero es porque estoy valorando mi confianza en el potencial que hay aquí.