by Blur
The Great Escape marca el momento en el que Blur fueron más odiosos, si tomamos por cierto que Parklife había sido el momento en que podían ser más dignos de ser queridos. En el cénit del britpop, Blur, que siempre han sido un grupo extremadamente inteligente, intentan capturar el zeitgeist en el disco definitivo. Para ello, usan todas sus armas: crean riffs populistas ('Stereotypes'), acentúan su lado más ligero y sarcástico pero siempre con un toque extra de amor al pop ('Country House', con su estupendo "blow, blow me outside I am so sad I don't know why"; 'Charmless Man' con su new wave burlesca), saben sacar partido de las baladas menos obvias ('The Universal' se esfuerza en el disco, y en el video, en no ser... pues eso... una 'Don't Look Back in Anger'), cuida la zona media ('He Thought of Cars', 'Globe Alone' o 'It Could Be You' no son enormes canciones, pero tampoco aburren) y sabe cerrar en lo alto (el doblete 'Entertain Me'/'Yuko and Hiro' enseña lo mejor de las dos caras de Blur).
The Great Escape es un buen disco pop al que le fallan a veces las fuerzas (los mismos trucos que funcionan en otras canciones hunden 'Top Man' o 'Dan Abnormal' en la mediocridad; o lo que en Parklife funcionó para dar aire al disco aquí se muestra un poco menos brillante, véase 'Ernold Same') y que, además, vivió y se refociló como un cochino en el contexto que propició. Uno en el que forzaron tanto la máquina que se convirtieron en chiste (el video de 'Country House'), o en su propia parodia ('Mr. Robinsons' Quango' es autoplagio).
Sí, capturó el zeitgeist festivo y muy poco autoconsciente, pero, sobre todo, demostró a Blur que eso mismo podría enjaularles. Si después de esto fueron mejor grupo (y lo fueron: cada siguiente paso que dieron, más acertado o menos, les hizo ensanchar sus fronteras y huir de sus límites autoimpuestos) y muchísimo menos insoportables, es porque The Great Escape existe.
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