Sorpreson de última hora. Una (sobre)producción entierra una voz muy personal, con unas letras flipantes y una creatividad, imaginación y recursos que augura artista para rato y que nos puede dar muchas alegrías. Su Tony Desk es ORO.
Incluso un Kendrick Lamar en piloto automático se mea en el 90% de los raperos de la actualidad. No le va a cambiar la vida a nadie, y ni falta que hace. Disfrutable y con bastantes buenos momentos.
Les llamaron racistas, pero lo que hicieron fue decir antes que nadie lo que les estaba ocurriendo a los negros de su país. El Rap era la CNN de los negros, y Public Enemy sus corresponsales en vivo y crudo directo.