Weezer fichan por Epitaph y, quizás por eso, se vuelven a acercar a lo que podríamos llamar rock alternativo, sin que eso suponga volver a sonar a los Weezer clásicos. Por el camino se dejan también esa obsesión por conseguir el hit comercial facilón y la mayoría de experimentos fallidos y entregan un disco poco memorable, pero más equilibrado que los anteriores.
Con Hurley además se consolida esa obsesión de Rivers Cuomo por co-escribir con media industria discográfica norteamericana: Dan Wilson (Semisonic), Ryan Adams, Linda Perry, Tony Kanal (No Doubt) más una ristra de compositores profesionales, de esos de entregar canciones al peso para ver a qué estrella les interesa, pasan por aquí.