No es solo un disco, es una maldita emboscada emocional. Sufjan Stevens te lleva directo al centro de su dolor, te atrapa con esas melodías que parecen inofensivas y luego, sin previo aviso, te destruye. Este álbum es un puñetazo en el estómago y una caricia al mismo tiempo. No es música para escuchar, es para sentir, para vivir.
Estamos hablando de un hombre que abre su alma como una herida y te invita a meter las manos. Aquí no hay espacio para disfraces ni para esconderse detrás de orquestas gigantes. Sufjan se despoja de todo, quedándose solo con una guitarra, un susurro y la verdad más cruda: el abandono, la muerte, el arrepentimiento. ¡Es brutal! Te mete de lleno… More