Iron & Wine, ese mago barbudo que transforma guitarras acústicas en susurros de vida, nos regaló Our Endless Numbered Days, un álbum que se siente como una manta vieja y suave sobre la piel, o como un té tibio en una tarde lluviosa. Pero no te engañes, porque aunque Sam Beam parezca el tipo de hombre que se acurrucaría en tu sofá con un cuaderno desgastado, lo que hace con sus canciones es pura alquimia emocional. Aquí, en vez de grabar en el sótano como en The Creek Drank The Cradle, se metió en un estudio y lo que salió fue un disco tan pulido que brilla como un diamante, pero sin perder ni un gramo de esa intimidad que… More