by ELO
Creo que es mi disco favorito de la ELO porque Jeff Lyne andaba aquí cero preocupado por ser el artista pop perfecto (quizás porque creía que ya lo había logrado ser en Discovery). Encantado con los sintetizadores, y envolviendo todo en un concepto en el que un hombre de 1980 es llevado a 2095, alejado así de su época y su gente, Lyne consiguió darle la pátina retrofuturista que acaba siendo fundamental para que sus excesos aquí no parezcan resbalones.
Cuando marcha en busca del himno, se encuentra canciones tan rotundas como 'Twlight' o 'Yours Truly 2095'. Alejado casi del todo del pop orquestal, sorprende verlo enganchado a una new wave saltarina ('From The End of the World'), traer hacia un futuro inexistente al Phil Spector cero pasado de rosca ('The Way Life's Meant to Be'), contagiarse del synthpop que lo petaba en esos días en UK (recordemos: triunfaban Human League, Gary Numan, OMD; 'Here Is The News' tiene la clase de línea de teclado que recordarás siempre), darse un garbeo por un reggae tan blanquito como encantador ('The Lights Go Down') o pensar que el soft-rock debería llevar el "n'roll" por muy soft que fuese. El baladote intenso de 'Ticket To The Moon', ahí casi al principio, es la guinda impepinable.
Si no fuera por un par de resbalones que echarán por tierra a los que ya vayan algo encaminados a los mimimimís (21st Century Man, muy claramente), sería un disco en el que no poner pegas a un tipo sin duda ahostiable.
Que no te extrañe si oyes rastros de Grandaddy aquí. Tampoco si crees intuir algo de Daft Punk. O si te recuerda a cuando The Apples in Stereo hablaban de viajeros en el tiempo y en el espacio.
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