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Forma parte de mi adolescencia más cute (la de las victoria de colores ™ , el flequillo y el acné terminal -esto último yo en concreto) y le tengo un inmenso cariño. ¿Es el mejor de la banda? No sé, pero a mí me teletransporta directamente a lugares que, sin añorar especialmente, me traen postalitas de atardeceres tomando cerveza comprada por los únicos mayores de edad del grupo, las doscientas horas de metro que me echaba por encima, los veranos largos largos largos, los paseos por Madrid, escuchar discos en la Fnac y en fin, todo lo adolescente madrileta que pudiera vivir una chica de 15 años.
También recuerdo con una precisión de demente escuchar Macba Girl llegando a las puertas de mi primer trabajo, acojonada perdida.
Y que escribí a tiza en la pared de mi cuarto los versos finales de la canción Ungravity: Still amazed by the stars
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